Durante años nos han repetido que la clave del éxito está en gestionar bien el tiempo: tener una agenda organizada, no perder ni un minuto, llenar cada hora con tareas y actividades.
Pero déjame decirte algo muy importante: tú no gestionas el tiempo, gestionas tu energía y tus prioridades.
El tiempo es el mismo para todos. Lo que cambia es cómo lo usas, con qué nivel de claridad mental y con qué disposición emocional y física llegas a cada momento.
En ventas —y en muchos negocios— hemos caído en la creencia de que vender más es trabajar más: más llamadas, más visitas, más correos, más kilómetros en la agenda.
Pero la realidad es otra. No se trata de hacer más, sino de hacer mejor.
Una llamada hecha con energía, entusiasmo y claridad vale mucho más que diez llamadas hechas con cansancio y apatía.
Una visita realizada con atención plena y verdadera escucha genera más confianza que una agenda repleta de reuniones apresuradas.
La clave no está en sumar acciones, sino en multiplicar el valor de lo que haces.
La verdadera pregunta no es cuántas horas trabajas, sino dónde estás tú dentro de tu agenda.
Porque si tú no estás bien, nada funcionará. Ni tus ventas, ni tu negocio, ni tus relaciones.
No necesitas trabajar más. Necesitas cuidarte más.
- Descansar lo suficiente.
- Comer bien.
- Dedicarte tiempo para pensar, no solo para hacer.
- Recuperar tu energía antes de volver a dar.
Cuando tú te pones como prioridad, todo lo demás empieza a encajar.
Parte fundamental de organizar tu energía es aprender a decir no.
Cada “no” que das a lo que no te suma es un “sí” que te das a ti mismo.
- Decir “no” a una reunión innecesaria es decir “sí” a tu descanso.
- Decir “no” a un cliente que solo te desgasta es decir “sí” a enfocarte en los clientes que realmente valoran tu trabajo.
- Decir “no” a llenar tu día de tareas sin sentido es decir “sí” a reservar espacio para lo que de verdad importa.
Nadie va a darte ese espacio. Solo tú puedes decidir protegerlo.
La productividad es buena. Ser eficiente ayuda. Pero hay algo mucho más importante: ser coherente contigo mismo.
No puedes ir por la vida a toda velocidad, cansado, estresado y quemado.
No puedes vender bien si tu mente está nublada y tu cuerpo agotado.
La coherencia es vivir en equilibrio:
- Trabajar con pasión, pero también descansar con consciencia.
- Atender a tus clientes, pero también atenderte a ti.
- Hacer crecer tu negocio, pero sin perderte en el camino.
La gestión del tiempo en ventas no va de exprimir cada minuto, sino de cuidar tu energía para rendir al máximo sin quemarte.
Recuerda:
- El tiempo no lo puedes controlar, la energía sí.
- El secreto no es hacer más, sino hacer mejor.
- Tu prioridad principal eres tú.
Cuando entiendes esto, tu manera de trabajar cambia. Tu vida cambia. Y tus resultados, también.
Asó que...la próxima vez que abras tu agenda, no pienses solo en lo que tienes que hacer. Pregúntate primero: ¿cómo estoy?, ¿en qué condiciones? y ¿qué necesito hacer para avanzar?
Si no apareces en tu propia lista de prioridades, algo no está funcionando. Y recuerda: para cuidar a los demás, primero tienes que cuidarte tú.
Quiero leerte: ¿Cómo gestionas tu energía en tu día a día de ventas? Comparte tu experiencia en los comentarios y conversemos sobre cómo cuidar tu energía puede transformar tus resultados.
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